lunes, 17 de diciembre de 2012

Taller WebQuest y reflexiones al borde del abismo


Bueno, esta vez toca hablar del taller de WebQuest.
Nosotros hemos hecho una WebQuest grupal que puedes ver aquí.
Como en los demás talleres hemos enfocado nuestro trabajo hacia el proyecto final de la asignatura que en nuestro caso consiste en enseñar inglés a través de la música y las TICs. Yo me he ocupado para este taller de la actividad de Writing (la del osito con el globo) pero es posible que aún sufra modificaciones. También he ajustado algunas imágenes, gifs y tablas que se nos salían de tamaño.


La verdad es que está muy bien conocer herramientas para utilizar en el aula, cuantas más conozcamos, mejor. Este taller de WebQuest sin ir más lejos me ha servido para descartar Google Sites como generador de WebQuests. Casi diría que me ha servido para descartar la propia WebQuest como herramienta para el aula. Quizá fuera útil hace veinte años, cuando la red estaba aún en pañales, pero a día de hoy me resulta una herramienta obsoleta, poco intuitiva y muy poco motivadora, tanto para el creador como para el alumno.



Siempre se puede alegar que dependerá mucho de qué tipo de WebQuest se haga, quién la haga y a quién vaya destinada. Pero a mí me parece un asquito. Como siempre esto no es más que una opinión personal y por supuesto respeto a todo aquel que le guste la WebQuest como herramienta. De hecho, agradecería que, a quien le guste, me dejara algún comentario con las ventajas que le encuentra, a ver si consigo encontrarle algo positivo.



El trabajo en equipo esta vez se ha puesto un poco cuesta arriba y ha dejado a la vista nuestras diferencias. Yo he tenido una especie de altercado con una de mis compañeras. Y solo puedo llegar a una conclusión: La mejor pelea es aquella que se evita a toda costa. Los seres humanos somos saquitos ególatras de agua sucia, nos gobiernan las emociones, no somos nada lógicos pero nos encanta pensar que sí. Cambiamos rápidamente de idea cuando nadie nos mira pero no soportamos que alguien nos lleve la contraria porque eso sería admitir que podemos estar equivocados y no nos han educado para pensar así. Ni para fallar, aunque sea la única manera en que aprendemos. Ponemos toda nuestra autoestima en la idea que creemos que debemos defender cuando nos cuestionan, aunque las ideas no son más que eso, ideas, y ser capaz de ponerse en el lugar del otro lo único que nos puede hacer crecer.



Nadie gana jamás una discusión, cada cual se va pensando que él hizo lo correcto y que es el otro el que se equivoca. Por lo tanto, más vale evitarlas. No dejar lugar ni para que se inicien. Yo es algo que intento con todas mis fuerzas pero a veces la prepotencia y la estupidez (propia y ajena) acaban siendo superiores a la paciencia (ajena y propia).



En fin. No estoy atravesando por un buen momento personal. Y después de haber escrito en más de veinte blogs resulta que éste es el más sincero que tengo. Así que me vais a permitir quitarme una última espinita.



Desde que estoy en la UIB he considerado a los profesores desde dos perspectivas. La primera, desde la perspectiva de los conocimientos que nos aportan o a los que nos pueden acercar, la otra, la actitud que nos pueden inculcar. Y la segunda es, para mí, mucho más importante que la primera.



Son nuestros modelos. Creo que la mayoría de veces los profesores de la UIB no son conscientes de que son nuestros modelos. Y deberían ser conscientes. Porque el alumno aprende mucho más de lo que percibe día a día en el aula que de lo que lee en un libro.  Los que estéis dando Historia este año quizá recordéis que a principio de curso recibimos un email de la profesora de historia diciendo que "debido al alto nivel de incompetencia detectado...".



A nadie le gusta que le llamen incompetente, pero solo por el hecho de haber recibido aquel email que escribió una profesora estoy convencido de que hay un tanto por ciento de posibilidades más que antes de que acabemos escribiendo ese tipo de emails cuando seamos profesores. Porque es lo que hemos mamado durante cuatro años. Y no de un solo profesor, sino de un buen montón de ellos. Y es algo que me da mucha pena. Y mucha rabia.


Y sinceramente, solo tengo esta vida y no quiero pasar mi tiempo con personas que parecen odiarnos o odiarse mucho a sí mismas.



Sois nuestros modelos. Este curso terminará y por fin os quitaréis de encima a todos estos alumnos que al parecer os sacan de quicio. Pero sois nuestros modelos. Y por el hecho de haber escogido esta profesión y no otra debéis luchar por ser cada día mejores y por ser buenos modelos.



Al resto hoy os diría que sonriáis cuando subáis en un ascensor, que digáis algo bonito a alguien, que abracéis mucho a las personas a las que amáis y os aman, que elogiéis un trabajo bien hecho. Que solo vamos a atravesar una vez este camino y debemos dejar lo mejor de nosotros mismos en todo lo que hagamos.



Porque no somos eternos y en el momento más inesperado nuestros sueños pueden irse a la mierda. Así que vivamos ahora.